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La infanta Cristina cambia de década sin grandes celebraciones. Es un nuevo cumpleaños a su medida y un tanto improvisado. No hay una mesa de restaurante reservada, ni se han cursado invitaciones. La idea es viajar a Madrid, salir a tomar algo con sus amigos, aunque la mayoría de ellos viven en Barcelona, y que la Reina doña Sofía organice en la Zarzuela una cena para reunir a sus personas más queridas, aunque con ausencias. El 13 de junio, día de su aniversario, no todos sus hijos podrán acompañarla y tampoco se espera que el Rey Juan Carlos viaje a la capital, aunque días después podría llegar a Pontevedra para participar en la regata de la liga de 6m.
© oLa fecha en sí no es lo más importante para doña Cristina. Nunca lo fue de hecho. Ni en los mejores tiempos, allá por los treinta y los cuarenta, cuando todo era casi perfecto. Lo que de verdad le hace mucha ilusión es poder pasar tiempo en familia, crear nuevos recuerdos y vivir aventuras. Todos los años, a finales de junio, organiza un viaje —en 2024, estuvieron en Creta— y, en este 2025, mantendrá la tradición con el plus de dos aniversarios muy señalados. El de su hija, que tampoco los celebró a la espera de soplar las velas juntas en Madrid, y el suyo propio, tras entrar en una nueva década.
El gran regalo
Son una piña de verdad. A sus hijos les encanta tenerla cerca, la infanta se lo pasa muy bien con ellos y el gran regalo es poder hacer este viaje. "Una aventura soñada en otro continente, que lleva en máximo secreto y sin fecha exacta todavía", nos dice una amiga de la infanta. Y añade que "no es fácil coincidir todos, incluidas las parejas de Pablo, Miguel e Irene". Tres jóvenes que han encajado a la perfección en la familia. Johanna Zott, estudiante de Medicina, es una más en el club Urdangarin-Borbón, y todos están convencidos de que el noviazgo con Pablo seguirá e irá a más. Olympia Beracasa ya era amiga de Miguel en Ginebra, y Juan Urquijo e Irene también se conocen desde niños. La infanta está lejos de sus hijos, pero pendiente de todo porque son el centro de su mundo. Junto a su exmarido, Iñaki, los ha educado en la responsabilidad, la independencia y en la idea de que tendrán que esforzarse y abrirse camino en la vida. Y los cuatro lo tienen muy asumido: son los hijos de una infanta de España, pero nada se les dará gratis.
Promesa a sus padres
Juan sigue ganando puestos en la empresa de Alejandro Agag, ahora muy centrada en la innovación en energías limpias y en acelerar la transición energética. Es un gran trabajador y una muy buena persona, que se ha ganado el respeto y el cariño de todos. Pablo, el más querido y popular y el más Borbón de los cuatro, es, con sus 24 años y 117 goles en esta temporada, una de las grandes revelaciones de la Liga Asobal. El próximo año, seguirá ligado al Club Balonmano Granollers y cumpliendo lo que prometió a sus padres: sacar a la vez su carrera, Sport Management.
Irene, universitaria en Oxford, está feliz con su carrera, ha terminado los exámenes y, ahora, está realizando prácticas
Miguel continúa con su vida en Madrid y es el que más viaja a Ginebra, junto con su hermana, que estudia en la Universidad Oxford Brookes. Irene cursa Hostelería, Gestión de Eventos y Turismo, vive en una residencia cercana al campus y está feliz con la carrera. En este primer año, ha desarrollado una buena base en marketing y gestión de eventos, adquirido habilidades en finanzas y explorado el impacto del turismo. Ha asistido a seminarios, clases magistrales y, ahora, tras concluir los exámenes, está haciendo prácticas. Creación, diseño y gestión de eventos. Algo que se valora mucho en su universidad, al igual que los trabajos de voluntariado, plus con el que llegó a Inglaterra en septiembre, tras pasar cinco meses en Camboya ayudando en SAUCE, la ONG del jesuita Kike Figaredo.
Cada vez la necesitan más
Doña Cristina está muy orgullosa de los cuatro, porque son unos chicos estupendos, buenos y con valores… y siempre está ahí para ellos. También para sus padres, que cada vez la necesitan más; para su hermana, la infanta Elena, que jamás le ha fallado (y al revés) y para sus amigos. Es una mujer familiar y muy leal a la que se le nota que ha sufrido, aunque sonría a todas horas, hable sin rencor ni amargura y mire al futuro sin quejas y en positivo.
Lo que pasó no se puede cambiar, aunque no es tan fácil pasar página. Quería a su marido y pensaba que envejecerían juntos, rodeados de nietos, hasta que, en enero de 2022, se le partió el corazón. Verse traicionada —Iñaki de la mano de otra mujer— y con el mundo mirándola fue un momento enormemente difícil, en el que revivió todo lo que habían pasado juntos. Los peores días. Cómo le apoyó enfrentándose a una parte de su familia, cómo fue apartada por mucha de la sociedad que la llenaba de halagos, cómo acabó imputada, tuvo que sentarse en el banquillo y sufrió la condena a prisión de Iñaki. Creía que su matrimonio era indestructible y nunca lo abandonó. Fue el amor de su vida.
© Nikolas KominisTras años dificilísimos, ahora todo está bien. La infanta sigue diciendo que no rehará su vida sentimental; que le gusta su soledad porque está rodeada de mucho amor y que su casa sigue estando en Ginebra, donde vive desde 2013. Las informaciones que apuntan a que volverá a residir en su país han sido recurrentes, pero la idea es quedarse en Suiza. Ha comprado un piso en Barcelona, pero no hay planes a futuro para volver a España. Un país en el que, por otra parte, siempre tiene un pie, ya sea por su familia o por su trabajo, que le gusta muchísimo —desde el primer día, 8 de octubre de 1993— y es un gran refugio. Doña Cristina es esa mujer con una tablet en la mano y una maleta en la puerta.
La labor que hace ayudando a impulsar el programa de Cooperación Internacional —salvar y transformar vidas— es extraordinaria y cuenta con todo el reconocimiento como directora del Área Internacional de la Fundación la Caixa. Esta institución tiene el fin de favorecer el desarrollo socioeconómico sostenible y la mejora de la salud global, en las poblaciones más vulnerables del mundo. Y para conseguir mejores resultados, suma fuerzas con organizaciones como la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Aga Khan, ACNUR; o iniciativas como la alianza para la vacunación infantil Gavi, con la que este mismo año se ha reforzado la colaboración.
El compromiso contra la mortalidad infantil —desde 2008, cuando doña Cristina impulsó el acuerdo, se han vacunado 11 millones de niños en países de África y América Latina— es inquebrantable y sigue muy de cerca los proyectos que lidera a pie de campo. La infanta también ayuda a gestionar Work4Progress —emprendimiento y empleo— en India, Mozambique, Perú y Colombia, incluida por el Banco Mundial en su programa de soluciones. Y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que ultima la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, que se celebrará en Sevilla del 30 de junio al 3 de julio.
