Jaime Lorente y Marta Goenaga se conocieron en 2016, mientras trabajaban en la primera temporada de La casa de papel; su noviazgo se hizo público en septiembre de 2021, justo cuando ¡HOLA! desveló que ambos se preparaban para convertirse en padres; y fue el pasado 7 de junio cuando se dieron el 'sí, quiero'. El actor y la estilista donostiarra se casaron en el castillo de Batres, una fortaleza-palacio, levantada entre los siglos XV y XVI, que albergó a los cerca de 300 invitados que asistieron al enlace. Un escenario que sirvió de inspiración al poeta Garcilaso de la Vega y en el que descubrimos uno de los secretos mejor guardados: el vestido de la novia, una prenda firmada por Rosa Clará.
Un vestido de novia de colección
Poco después de las seis de la tarde, Marta llegó acompañada de su padre. Sujetaba en brazos al pequeño Luca, mientras la mayor de sus dos hijos, Amaia, portaba las alianzas en un cofre de cristal y entre guirnaldas florales.
La novia eligió un diseño de la colección Rosa Clará Couture, en concreto el modelo Tina. Se trata de un vestido de escote asimétrico y corte sirena, adornado por un cut out en uno de los costados. La falda era de crepé, mientras que el cuerpo estaba confeccionado con malla de micropedrería, un detalle que aporta un brillo sutil a las prendas y que Rosa Clará lleva trabajando desde hace algunos años. "Todo es cristal, sin nada de lentejuelas. Tiene un trabajazo espectacular detrás, al final es alta costura", nos explicaba en una entrevista. Una técnica que también empleó en el desarrollo del vestido nupcial de su nuera, Anne-Marie Colling.
Como muchas novias, Marta llevó un segundo vestido. Se trataba de una prenda también de escote asimétrico, con un doble tirante que caía sobre uno de sus hombros. En este caso el diseño solo tenía una fina línea de pedrería en la zona de la cintura, un detalle que ayuda a estilizar la silueta.
Para completar su look, la estilista eligió unos pendientes sencillos en forma de lágrima y un velo de tul completamente liso, de dos metros y medio. Un elemento que quiso llevar de forma tradicional, sujeto en la parte posterior de la cabeza y cubriendo parte del peinado.
Aunque los moños de bailarina siguen siendo una de las elecciones preferidas de las prometidas y los semirrecogidos se posicionan como el peinado tendencia de 2025, Marta apostó por un recogido favorecedor y cómodo: una trenza. En cuanto al maquillaje, se decantó por un acabo muy natural, que potenciaba su mirada.
El ramo también seguía el aire sencillo y minimalista de todo el look. La novia escogió la composición favorita de las royals: un diseño con las flores blancas como protagonistas, en este caso rosas. Y es que, como nos explicaban Lindsay y Alex, de la floristería Savia Bruta, "la flor blanca en un ramo es un diseño que no va a pasar de moda. Es atemporal, clásico, y hace que, quien pueda ver las imágenes de la boda años más tarde, las ire y las use como referencia".