Grison, el inseparable compañero de David Broncano en La Revuelta, ha vuelto a acaparar titulares. El músico y humorista ha sido el protagonista de la última entrega del popular podcast Tómatelo con vino, donde se ha sentado durante más de una hora con las influencers María Fernández-Rubíes y Rocío Irisarri. A lo largo de la entrevista, Grison ha hecho un repaso sincero y desenfadado a su carrera, su relación con la televisión pública, su visión sobre las audiencias, e incluso ha abordado el tema de la competencia con El Hormiguero.
El colaborador, que lleva más de siete años ligado al universo Broncano desde los tiempos de La Resistencia, ha reconocido que su salto a La 1 con La Revuelta ha supuesto un punto de inflexión en su vida profesional. “Tenemos más visibilidad que nunca. Y con ello, mucho más curro”, confesó. A su trabajo diario en televisión se suman actuaciones musicales, colaboraciones con marcas y entrevistas como la que protagonizó esta semana. Un ritmo de vida que, lejos de agotarle, parece impulsarle.
Pero fue al hablar de la guerra de audiencias entre La Revuelta y El Hormiguero donde el músico se mostró especialmente contundente. “A nosotros nos la pela bastante el tema de las audiencias. Somos lo más visto de la cadena, y además damos voz a colectivos que no suelen aparecer en televisión. Eso mola mogollón”, afirmó.
Sobre El Hormiguero, el cómico no esquivó el tema y lanzó varias revelaciones inesperadas. A pesar de la competencia directa en la misma franja horaria, confesó que en ocasiones ve el programa de Pablo Motos. “A Pablo Motos me lo veo muchas noches. Está guapo, yo he colaborado allí”, explicó, recordando que la grabación de La Revuelta por las tardes le permite disfrutar de otros formatos televisivos por la noche. Además, confesó mantener buena relación con Juan y Damián, los actores que dan vida a Trancas y Barrancas. “Soy colega de Juan y de Damián. Yo empecé con ellos un poco”, dijo con complicidad.
Sin embargo, dejó claro que entre los equipos de ambos programas no hay o alguno. “La relación es nula. Ellos no quieren… Nos tienen completamente ignorados. No hay mejor desprecio que no hacer aprecio”, comentó entre risas. Pese a ello, se mostró comprensivo con la actitud de Motos: “A él no le gustan los chistes sobre su persona. Si no le gustan, no le gustan. Es entendible”.
Grison también recordó su etapa como colaborador en El Hormiguero, donde hizo beatbox y participó en sketches junto a un colaborador que hacía experimentos químicos. Lo curioso de esa experiencia, según reveló, es que nunca cobró por ello. “Nos vendían que era buena promo y bueno, sí, no fue mala”, apuntó con tono resignado pero sin resentimiento.
La entrevista no podía concluir sin una pregunta directa: ¿volvería a El Hormiguero? Grison fue honesto. “Allí se curra mucho. Están todo el día liados”, empezó diciendo. Pero acto seguido lanzó una propuesta entre broma y deseo: “Por una temporada, por un kilo, sí que me voy. Y casi por medio millón de euros también. Aunque Hacienda se lleva la mitad, entonces poco me parece”. Y remató con una frase dirigida al presentador: “Por si hay una oferta… Pablo, un kilo”.
Pese a todo, Grison dejó claro que su sitio está, al menos por ahora, junto a Broncano. A lo largo del podcast, tuvo palabras de iración hacia el presentador y destacó lo feliz que se siente formando parte del equipo de La Revuelta. “Estamos haciendo algo importante. Y eso vale más que la audiencia”, concluyó.